El 13 de agosto de 1521, Hernán Cortés y su ejército lograron la conquista de la gran ciudad de Tenochtitlán, capital del imperio azteca. Esta victoria marcó el fin de una era para los aztecas y el inicio del dominio español en lo que hoy conocemos como México. La caída de Tenochtitlán tuvo consecuencias significativas en la historia de la región, incluyendo la destrucción de la cultura y tradiciones aztecas, la introducción del cristianismo y la colonización española de América. Este evento fue un punto crucial en la expansión del imperio español en el Nuevo Mundo y en la formación de la sociedad mestiza que caracteriza a México en la actualidad.